sábado, 17 de enero de 2009

Cumpleaños de un argentino en un bar de DC

El miércoles fui un rato a un bar a celebrar el cumpleaños de un amigo de la pega. Al bar llegamos los pocos jóvenes que trabajamos en el área de research en el banco y otra gente (principalmente hispanoamericana) que está en estudios superiores o trabaja en alguna otra ONG internacional (léase BID, FMI, OEA, etc.) de la zona.

Como ya me he ambientado un poco a las costumbres de estos lados, ando sin cash en la billetera (a menos que necesite comprar alguna entrada en la reventa por supuesto). Todo se paga con tarjeta, lo que es un peligro, pero al final es mucho más cómodo. Lo que yo no sabía era que en este bar, si pagas con tarjeta debes consumir mínimo $10 dólares por lo que en vez de tomarme una cerveza me vi forzado a tomarme tres.  Cuando pedí la primera, me quitaron (literalmente) la tarjeta y abrí un “tab” que se podía pagar cuando superase los $10 dólares. Explicarle al tipo de la caja cual era mi apellido al final de la noche para que pillara mi tarjeta fue otro cacho ya que la mitad de las tarjetas del bar eran de hispanoamericanos, pero al final se pudo.

A lo que no me acostumbro todavía es al cuento de los saludos. El latinoamericano saluda a una persona del sexo opuesto con un beso en la mejilla y cuando ambos personajes son mujeres, el saludo también se estila con un beso en la mejilla como ustedes saben. El europeo mantiene las mismas condiciones de género pero saluda con dos besos, uno en cada mejilla. El gringo da la mano, cualquiera sea la combinación de géneros. No quise incluir más razas y sexos en la descripción por falta de conocimiento.

Esto ya genera complicaciones cuando llega gente que no conoces y no sabes sí es europea, latina o gringa. Yo al final digo hola y me quedo parado, bien erguido y espero que la otra persona tome la iniciativa. Es como una regresión a 5° básico y tenerle miedo a las mujeres pero no sé como arreglármelas en verdad. De hecho una amiga de acá cuando llego trató de saludar de beso a la secretaria. La secretaria saltó para atrás y tiritona le estiró la mano. Yo evito ese tipo de problemas con el “Hi” bien piolita.

Otro elemento adicional fue el tema del idioma. Cuando alguien llegaba yo no sabía si saludar en inglés, español o argentino (otro idioma). Compartí estos problemas con los presentes en el cumpleaños y vi que no soy el único que se complica con este tipo de situaciones. Sobre el cuento del idioma palabras como “Viejito Pascuero”, “cachai”, “carrete” y “piola” son las favoritas de los no chilenos de habla hispana. Las encuentran muy peculiares. El “viejito pascuero” por sobre todo. Se los comentó porque a mi amigo le regalaron una campera según el español, un saco según los argentinos y una chaqueta según mi opinión. Me quedó con lo que decía la etiqueta mejor: “jacket”.

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