lunes, 6 de abril de 2009

Primera peregrinación



Dicen que la gente que trabaja en finanzas o que le gustan las finanzas tiene que ir por lo menos una vez en la vida a Nueva York. Es la peregrinación a la Mecca de las finanzas. Para mí esta posibilidad se dió porque con tres amigos chilenos que trabajan en LAN más otro amigo que está trabajando en Montreal nos pusimos de acuerdo para juntarnos en New York. Hace un poco más de un año nos poníamos de acuerdo para ver quién iba a la casa Royal... 

Después de 4 meses en una ciudad planificada, ordenada y pulcra como Washington uno se mal acostumbra. La llegada a NYC en bus es caótica, te metes por el Lincoln Tunnel donde el bus apenas cabe y luego no hay paradero. En la 33 el bus para y te bajas no más. No te das cuenta y aparece ruido, taxis amarillos y mucha pero mucha gente por todos lados.

Ahí llame a mis amigos para juntarnos. Tomo el metro, que es más barato que el de DC lo que me sorprendió, y me junto con ellos cerca de Chinatown. Una locura, ahí si que había mucha gente y es peor que el persa de bío bío. Te ofrecen de todos, maletas con cosas pirateadas y peceras llenas por todos lados. Impresión de que es sucio. Ahí las cosas empezaron a mejorar. Almuerzo en Little Italy, donde afuera hay un gayo con pinta de chanta italiano que nos ofreció all you can eat pasta. 

Después de almuerzo a la Mecca, Wall Street, New York Stock Exchange, el toro, los edificios gigantes, el centro financiero del mundo. La verdad pensé que me iba a impresionar más. Irónicamente, no pude sacarme la foto al frente del NYSE como quería (ver foto de abajo) porque había un pillow fight en la mitad de Wall Street.

La noche neoyorquina la pasamos en el Fat Cat, un club donde había una banda de Jazz en vivo donde Splinter Mito Winter estaba en trance disfrutando. En el bar la gente jugaba ajedrez, scrabble, ping pong, pool y otro juego donde había que deslizar una pieza a lo largo de una mesa y llegar lo más lejos sin que se cayese.

Al otro día paseo por 5th, Times Square, Central Park y el glamour. Esta parte más linda y ordenada que el lado sur de la isla. El viaje de vuelta en el bus lo dormí casí todo, estaba raja. En todo caso el rato que no dormí me quedé pensando de la suerte que tenemos como grupo. De poder juntarnos en la capital del mundo, de reírnos y hacer estupideces. Contento de que el sacrificio de seis años en una carrera de mierda, horas de laboratorio donde los bichos no funcionan y pruebas en horarios asquerosos tengan premios como 30 en horas en Nueva York.





2 comentarios:

Fernando dijo...

Me agrada el "Astudillo periodista"...¿qué onda el jueves? ¿qué vay a hacer?

Fernanda Astudillo Blanche dijo...

El esfuerzo se paga... creo que al final del camino uno dice "valió la pena" a pesar de que en el mientras tanto no se siente así. Es como el discurso de Steve Jobs, estás uniendo los puntitos.

Por otro lado. A veces nuestros sueños son ilusiones muy grandes y la realidad luego nos demuestra lo contrario. Es como cuando pensamos que nuestros papás son super héroes... Quizás es parte de la ingenuidad que nos queda de niños, o quizás es que con el tiempo nos damos cuenta de que no queremos lo mismo que hace 5 años, o incluso 5 días.

Besos Alf, te quiero mucho.

Fer