viernes, 27 de febrero de 2009

Después de un mes...

Hace más de 35 días que no escribo en mi blog. Sé que es más que esa cantidad de días porque esos son lo días que la Denise estuvo en DC conmigo. Con la ilustre visita de mi novia el tiempo que libre dedicado al blog pasó a mejor uso y a eso se debió mi ausencia. Lamentablemente, la Denise tuvo que partir a Santiago hoy a terminar su último semestre en la universidad entonces tengo tiempo nuevamente para escribir.

Con la Denise aprovechamos de pasear un montón y aprovechar, a pesar del frío, las actividades gratis (y no gratis) que se pueden hacer en el área. Fuimos a un concierto gratis de Jazz al Kennedy Center (algo así como el teatro municipal pero en la capital de USA), a una misa Gosspel, al acuario de Baltimore, al cementerio de Arlington, a ver un partido de la NBA, al barrio bohemio y de compras de Georgetown, a pueblos cercanos como Annapolis y Alexandria y, como se puede extrapolar de la foto, a patinar en hielo.

Con los días voy a contarles un par de anecdotas y tonteras que nos pasaron en algunas de las actividades mencionadas recién pero ahora les cuento de la experiencia del patinaje. El cuento vale 10 dólares en total. Siete por las dos horas (no de reloj sino por sesión, de 14 a 16, 16 a 18, etc) y tres por los patines.

La Denise en su niñez había patinado en rollers lo que la hacía más familiar al cuento del patinaje que a mí. Yo siempre fuí un desastre en cualquier cosa del tipo skate, patines, patinetas, snakeroll, monopatin y similares.

Este problema se tradujo a que durante la primera media hora yo fuese un gilote agarrado a la baranda mientras había niños que me pasaban (niños que también necesitaban la baranda, no niños que cachaban) y otros que me esperaban porque yo era más lento que ellos.

Debo decir que al final de las dos horas ya patinaba, o por lo menos podía dar vueltas sin agarrarme en la baranda. La Denise mucho más seca que yo patino harto mejor pero se cayó dos veces, a cambio de una mía.

Ese día fue increible, lo pasamos muy bien patinando y cuando se acabo el tiempo y los tobillos no daban más (supongo porque no tenemos la tecnica para patinar bien) nos fuimos al museo de al lado a ver los Picasso, Van Gogh y Monet. Es que esta pista de patinaje quedaba en el mall de DC, patinabamos mirando los monumentos, algo realmente increible. Al final de la tarde pasamos al "Five Guys" un local de hamburguesas muy buenas para recuperar la energía del día.

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